¡Carnaval en Las Palmas de Gran Canaria!

Momentos previos a la salida
del desfile de carrozas
Las Palmas de Gran Canaria bien merece un carnaval. Te lo aseguro por experiencia. He tenido la oportunidad de vivir su carnaval desde dentro, subido en una de las 109 carrozas (tráilers adaptados, de una o de dos plantas) que participaron en su gran desfile de 2018, concretamente el 17 de febrero. Y lo conseguí gracias a la simpática canariona Pilar Carreras, que gestionó dos plazas para mi compañero Juan Antonio Pérez y para mí. Setenta euros por barba tuvimos que pagar. Puede parecerte una cantidad muy alta, pero en absoluto es así: merece la pena por seis horas de diversión, con copas, comida y música con disyóquey (según la RAE), un baño para chicos y otro para chicas. Y, sobre todo, por la compañía, muy grata (Gilda, Katti y Paola, saludos) y numerosa, unas 150 personas en nuestra carroza.

Preparados para
la diversión
Dicen los lugareños que el carnaval de Maspalomas, al sur de la isla, es mucho más espectacular que el de Las Palmas. No te lo puedo confirmar porque solo conozco el segundo. Pero lo que sí puedo sugerirte es que, uno u otro, lo vivas desde dentro, como lo hice yo. Mucho colorido y mucha alegría, saludando a todo el mundo desde nuestro vehículo, a la gente agolpada en la calle y a la que se asomaba desde los balcones de sus casas al ritmo de la música cuando recorrías el centro de Las Palmas en dirección a la plaza de santa Catalina. ¡Una experiencia sorprendente, vital!

Pero vayamos al principio de este último viaje desde Madrid a estas tierras volcánicas. Primero, el coche en el parkingdelaeropuerto.com, como siempre sugiero por calidad y precio del servicio. Luego volé con Iberia. ¿El motivo? Pues el económico, porque la aerolínea siempre me da igual. Así, Iberia era la compañía más barata cuando compré los dos billetes, a 94 euros uno y a 108 euros otro, seis meses antes (todo aquel pasaje de ida y vuelta por menos de 150 euros será un precio muy bueno para llegar a este destino de sol y mar, después de casi tres horas de avión). ¿El hotel? El Verol, a través de centraldereservas.com, también por su precio (192 euros por tres noches, habitación doble, sin desayuno) y, sobre todo, por su situación: a 40 metros de la maravillosa playa de las Canteras, de arena blanca, y a unos pasos de la plaza de santa Catalina, el corazón del carnaval de esta gran ciudad.

Restaurante Paparazzi
Desde el aeropuerto al centro de Las Palmas, utiliza la guagua (como pronuncies autobús te delatarás rápidamente, como me sucedió a mí). La parada está delante, cruzando la carretera, según sales del edificio del aeropuerto (no tiene pérdida, sigue las indicaciones). El precio del billete para ese trayecto no llega a tres euros y el recorrido, de unos 40 minutos según la hora, se hace corto porque vas contemplando el mar desde la autovía. Una vez en Las Palmas, compra la tarjeta amarilla Bonoguagua si quieres viajar más barato por la ciudad.

Por el contrario, si prefieres alquilar un coche para recorrer la isla, no lo dudes: en Autoreisen, propiedad de un alemán (de ahí el nombre de la empresa, según me contaron una vez en su oficina del aeropuerto, ya que reisen significa 'viajar' en germano). Totalmente recomendable, no te engañan en el precio (reserva con antelación, es gratis). Lo he utilizado muchas veces en Canarias, en diferentes islas, sin sorpresas.

Playa de las Canteras
También te cuento que, en verano, me he alojado en el AC Hotel Gran Canaria, al ladito del parque santa Catalina, con una piscina en su última planta y un desayuno estupendo. Sin embargo, este hotel cilíndrico -el edificio más alto y representativo de Las Palmas- es caro (yo aproveché una oferta corporativa, ese es mi secreto). Bien es cierto que las vistas panorámicas desde su restaurante quitan el hipo, pero su propuesta gastronómica es corta (mira la carta en las escaleras de acceso al hotel).

Ya que estamos, ¿dónde comer? Pues varias opciones. Por mi experiencia, te recomiendo el restaurante italiano Paparazzi, en el mismísimo paseo de las Canteras. Además de su comida, de alta calidad y presentación, destaco la amabilidad de su personal, con Goyo a la cabeza (déjate llevar por sus sugerencias).

Playa de las Canteras
No muy lejos de allí, siguiendo el paseo hacia el norte, te encontrarás con el restaurante Gran Playa, comida casera a un precio muy muy económico. Es un local de batalla, al que tienes que llegar con tiempo para coger número porque van muchos paisanos. A la altura de este local, dentro de la playa, es donde exhiben un espléndido belén levantado con arena durante las Navidades. No puedes dejar de verlo si vas en esas fechas. Te quedarás ojiplático.

Si caminas un poco más, otros dos restaurantes: La Oliva y Amigo Camilo, ambos en la zona conocida como La Puntilla. El primero lo forman varios locales seguidos y cuenta con una carta amplia y variada; siempre está lleno. Muy aconsejable Amigo Camilo, con unas vistas espectaculares, para tomar pescado del día en mesas y sillas de plástico a un buen precio. Llega con tiempo porque el local no es muy grande y hay una gran demanda a determinadas horas.

Con el estómago lleno, si quieres hacer la digestión con la ayuda de un buen helado, tendrás que volver sobre tus pasos por el paseo de las Canteras y llegar a la heladería Peña la Vieja, de toda la vida (desde 1936).


Restaurante Amigo Camilo
En este punto, no me quiero dejar en el olvido las recomendaciones de Moisés Cabrera Castellano, un lugareño experto en seguridad, y de su pareja, Esther, a los que conocí en el vuelo de vuelta después de mi participación en el carnaval de Las Palmas. Me hablaron del pescado fresco que te puedes comer en La Marinera, a pocos metros de Amigo Camilo; del Mercado del Puerto, los jueves y viernes noche, cerca del Paparazzi; y del arroz caldoso del bar Vigo, en el cruce de la calle Olof Palme con el paseo de las Canteras. También me dijeron que me pasara por la taberna El Buen Camino, en el centro comercial Las Ramblas, que visitaré la próxima vez que vaya a Gran Canaria dentro de unos meses. Punto y aparte.

Si lo que prefieres es ir al sur de la isla, no tendrás problemas para llegar en autobús (perdón, la guagua). En esa zona, disfruté de un tiempo magnífico con mi familia el Fin de Año de 2016, después de participar en la carrera san Silvestre de Las Palmas. Estuvimos alojados en el hotel Dorado Beach, muy buen establecimiento de tres estrellas en Arguineguín, con todo incluido. Una gran cocina, con mucha variedad en la comida, y un equipo de empleados muy profesional. Tiene un spa increíble en la planta inferior, además de un solárium con baño de burbujas en la planta superior. Si consigues una buena oferta, no lo dudes: ve.
Creación con la arena de la playa de las Canteras.
En Navidad, visita el espléndido belén

Para visitar la isla (de norte a sur, hay muchos pueblos interesantes, consulta una guía), puedes utilizar un coche alquilado, si vas en pareja o en grupo, ya que saldrá más a cuenta; o la guagua, si viajas solo. En el caso de que no quieras automóvil privado, no te preocupes: la isla está muy bien comunicada por transporte público. Por ejemplo, si llegas en una guagua a la estación de Agüimes desde la de san Telmo en Las Palmas (entre 50 minutos y una hora de viaje), no tendrás problemas para dejar el equipaje mientras visitas ese bello pueblo de 30.000 habitantes. Acércate al bar de la estación, donde Vanessa, extrovertida y amable, te permitirá dejarlo gratis: no serás el primero en hacerlo.

Luego callejea por Agüimes, que cuenta con un circuito permanente de orientación; fotografíate con las esculturas que encontrarás (a mí me gusta mucho la pareja de enamorados) y párate delante de Huella Artística (calle El Sol, 10), donde Enrico trabaja el cuero y Michela hace arte con elementos reciclados (asegura que vende en todo el mundo). Entra en su estudio para admirar la curiosa exposición de las creaciones de estos dos italianos.

Agüimes
Tampoco dejes para otro día una excursión a pie, o en coche, a lo largo del barranco de Guayadeque, uno de los espacios naturales protegidos del municipio. Adéntrate unos cuatro o cinco kilómetros y, seguramente, el paisaje te sobrecogerá.

Si no te apetece caminar tanto, párate a comer en la plaza principal del pueblo. Estuve muy a gusto sentado en la terraza del bar-cafetería el Populacho, a unas decenas de metros de la iglesia. No tiene pérdida. Se trata de un coqueto establecimiento hostelero, donde podrás contemplar la antigua balanza que me recordó a mi niñez. Pero, si no te ha dado tiempo a almorzar ni a tomarte una cerveza, te puedes comer un bocadillo en el bar de la estación de guaguas antes de recoger tu maleta y subir a un autobús para volver a Las Palmas, ir al aeropuerto o viajar a otro pueblo de la isla por poco dinero.

En el caso de que te adentres en el interior de la isla en coche para visitar el Roque Nublo y llegues luego a Tejeda, date una vuelta por su parador de turismo, un establecimiento muy bonito en un pueblo con encanto. Y si entras a la hora de la comida, pues echa un vistazo a la carta. Un parador nunca defrauda.



Comentarios