Venecia se disfraza
Debajo de la bellísima lámpara del hotel Ala |
Pasearse luego por las calles y que la gente te preguntase si eras veneciano, ¡a nosotros, españolitos de a pie!, fue muy divertido. Calculo que pudieron hacernos alrededor de mil fotografías y la gente, encantada, fascinada, ilusionada, agradecida por retratarse con nosotros.
Llegar a Venecia lo puedes hacer en el vaporeto desde su aeropuerto, Marco Polo. También puedes contratar una embarcación de lujo, de madera, y presentarte en la plaza de san Marcos como las estrellas de cine.
Marcela y Yolanda, sobre uno de los canales |
Por otro lado, existe una opción económica si logras un gran precio con Ryanair: volar desde Madrid, o desde cualquier otra ciudad, al aeropuerto de Bolonia (en otra entrada hablará de esta interesante ciudad). Desde aquí, coger un taxi o un autobús urbano hasta la estación de tren, donde tomar un tren que te dejará en la estación de Santa Lucía de Venecia en una hora y media, a lo sumo dos (dependiendo de la tarifa que reserves en Trenitalia).
Cuando salgas de la estación de tren, te encontrarás con el Gran Canal y creerás que viajas en el tiempo. El sereno paseo en el vaporeto es un gozada hasta el hotel donde estés alojado. Yo te recomiendo el hotel Ala, a 500 metros de san Marcos. Si viajas en el vaporeto, baja en la parada de santa María de Giglio y camina 50 metros por un callejón estrecho hasta la bella plaza donde se encuentra el hotel. Su desayuno es buenísimo, energético, y su personal, muy amable.
En la plaza de san Marcos No dejes de pasar al café Florian, antiquísimo, pues data de 1720. Lo de tomarse un café lo dejo a tu elección. Yo pagué diez euros por uno; sí, ya sé que es muy caro, pero ¡y el partido que estoy sacando contando la experiencia! ¡Ver el Florian repleto de gente disfrazada con bellos trajes en plenos carnavales es difícilmente repetible en otras ciudades!
Venecia es una ciudad cara para comer, hay que mirar mucho. Yo te recomiendo la tratoría Al Gazzettino, un buen lugar para disfrutar de una buena comida o de una animada cena. Un consejo: reserva mesa, porque tiene muchísima clientela. El dueño, un tipo muy simpático, te regalará una bolsa de pasta.
También es una gozada comerte un bocadillo sentado en los embarcaderos de san Marcos mientras contemplas la estampa de la basílica de San Giorgio Maggiore en un día soleado. O hacerlo en alguna de sus plazas paseando por calles y puentes, buscando la casa de Tintoreto; en definitiva, perderte por Venecia.
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