Paseando a miss Eli

Eli, con Santillana del Mar al fondo

Mi querida amiga Raquel, madre de un luchador prematuro, leerá con ojos críticos que vuelva a escribir de Santillana del Mar en un espacio tan corto de tiempo. Pero este último viaje, en plena Semana Santa, a uno de los pueblos más bonitos de España no ha sido una excursión cualquiera. Mi familia y yo hemos paseado por una parte de Cantabria, verde y frondosa, a nuestra estimada Eli, una alegre y joven inglesa que está encantada con la cultura y, sobre todo, con la gastronomía española.

Acceso a la antigua Universidad de Comillas
Tuvimos la suerte de que Eleanor Williams llegara a nuestras vidas hace tres años. Eli venía como auxiliar de conversación al colegio de mi esposa y la adoptamos, ilegalmente claro, durante todo el curso escolar. Entonces comenzó una estrecha relación con su adorable familia.

Eli, graduada en lengua española en la universidad escocesa de Saint Andrews, empezará en septiembre a trabajar para el Gobierno británico en un programa para recién graduados que tiene una vigencia de tres años. Actualmente, vive en Bilbao con una familia como cuidadora de dos niños (lo que se conoce con el término de 'au pair') y, dada la cercanía con Santillana del Mar, decidimos citarnos con ella en Torrelavega.

Hasta allí llegó Eli en autobús el Viernes Santo procedente de Bilbao y en la estación la recogimos minutos más tarde. Subíamos desde La Meseta Central en coche con el tiempo calculado para que nuestra inglesa no tuviera que esperarnos mucho. ¿Sincronización o puntualidad (casi) inglesa?

Los cuatro de familia dormimos en un fantástico alojamiento rural en Santillana del Mar (El Pedroso), a 60 euros la habitación cuádruple sin desayuno y con aparcamiento en la misma puerta; un gran precio para esta época de vacaciones. Sin embargo, y por falta de espacio, a Eli le reservamos una habitación en la posada Camino de Altamira (a 112 euros por dos noches, con desayuno), situada a 260 metros de nosotros y a 8 minutos andando del casco urbano.

Alubias en el asador La Gloria
Pero antes de llegar a nuestros respectivos alojamientos, hicimos una parada para comer en el asador La Gloria, en el barrio Las Quintas. Ana, Ramiro y Alberto, los tres mosqueteros de este restaurante, nos llenaron bien la barriga con un exquisito cocido montañés o unas contundentes alubias rojas, por darte dos apuntes, para pasar lo mejor posible el Viernes Santo.

Fotógrafo en Santillana del Mar
Después de la comida, y para bajar las hipercalóricas viandas, decidimos pasear luego por Santillana del Mar. En la calle Cantón, la principal, saludamos a Elsa en su negocio. Estaba en la puerta de la tienda cortando en trocitos sobaos y quesadas (dulces típicos de esta maravillosa tierra) para atraer a los turistas. Habían sido días malos por las lluvias y Elsa esperaba que el sol fuese benévolo mientras el cielo jarreaba en casi toda España. Aquí quiero abrir un paréntesis para decirte a ti, David, el piloto de aviones gigantes, que mi familia y yo somos una garantía de buen tiempo. Por tanto, David, si alguna vez quieres asegurarte unas condiciones atmosféricas óptimas en alguno de tus viajes por el mundo, nos avisas y hacemos el enorme esfuerzo de irnos contigo a gastos pagados (por ti, claro).

Porque el buen tiempo que nos acompañó en Cantabria no tuvo nada que ver con el que sufrieron compañeras de mi mujer, como Laura, en la Comunidad Valenciana. A orillas del Mediterráneo no pudieron sacar las imágenes de Semana Santa en procesión, como en muchísimos otros muchos lugares de España. En Santillana, en cambio, sí. Fueron cuatro pasos, expuestos bajo los soportales de la Colegiata antes del desfile, pero no pudimos verlos luego por las calles de este coqueto pueblo porque cometimos un grave error. Regresamos a la posada Camino de Altamira para cenar y se nos fue el tiempo. Es cierto que luego bajamos para pasear de noche por ese pueblo medieval, pero ya sin el misticismo que tuvo que recorrer los suelos empedrados una hora antes.

Cocido montañés en el asador La Gloria
Para desayunar, comer y cenar nos estuvimos moviendo entre el asador La Gloria y la posada donde Eli se alojaba. Si el primer restaurante fue un descubrimiento el pasado verano, Camino de Altamira lo ha sido en Semana Santa. Tello, el dueño, y sus dos hijas, Lidia y Vanesa, no te defraudarán con su comida: calidad, cantidad y buen precio (aunque al desayuno le pondría un poquito de fruta, Lidia).

Posada en Bárcena Mayor
Si quieres testigos de lo que digo, te puedo presentar a unos amigos de mi hermano José a los que era la segunda o tercera vez que los veía en mi vida. Santiago y Elena, con sus hijas Eva y Marta, siguieron nuestra sugerencia y comieron el Sábado Santo en la posada. Unas horas antes, habíamos coincidido con ellos en Bárcena Mayor, un pueblo de postal en la Reserva del río Saja y con menos de 100 habitantes. En el aparcamiento para los turistas, a los que no se nos permite, acertadamente, pasar con los vehículos, nos encontramos con esos vecinos de mi hermano nada más y nada menos que a 475 kilómetros de su casa. Aparcamos nuestros respectivos coches uno al lado del otro. Una agradable casualidad, aunque no fue la única en este viaje. María Jesús, una prima de mi mujer, tiene una casa en Oreña, a dos kilómetros de Santillana, e intentamos reunirnos con ella y su esposo varias veces en este viaje por tierras cántabras.

Por si no lo conoces, hasta Bárcena Mayor llegas desde la A-8 por una carretera rodeada de asombrosos paisajes que te sumen en una paz interior increíble. Te lo cuento porque así lo experimenté al volante de mi coche. Por un momento me sentí como el conductor de un famoso anuncio que movía su brazo izquierdo, con la ventanilla bajada, como si fuera una ola. El placer de conducir. Y resulta que el autor de ese anuncio, el primero de coches en el que no aparecía ningún vehículo, es un español, Toni Segarra. La casualidad surge porque es licenciado en Filología Hispánica, más o menos como nuestra amiga Eli, a la que le encantó Barcena Mayor y que le recordó a muchos pueblos de su querida Inglaterra.

Ensalada en la posada Camino de Altamira
Como también le resultó muy familiar, con un aire muy 'british', acantilados como los de Suances, en la playa de Los Locos, un lugar que entusiasma a los surferos. O la zona de Comillas, donde en coche llegamos a lo más alto, su antigua universidad, zigzagueando por su acceso asfaltado, bellamente protegido por árboles plataneros.

Para cenar el Sábado Santo en la posada Camino de Altamira, se unió al grupo una amiga de mi hija, Verónica, cuyo nombre ya te resultará familiar si has leído el primer artículo que dediqué a Santillana del Mar [Raquel, puedes saltarte este párrafo]. Escuchando a Verónica me reafirmé en que en mi familia somos unos viajeros muy afortunados. Quizá, por eso me gusta organizar viajes a la gente y por eso espero ya la llamada de los padres de Verónica para organizarles, si me lo permiten, uno de sus viajes soñados: Venecia. Tan cerca para unos pero tan lejos para otros.

Bárcena Mayor
Y llegó el momento de despedirnos de nuestra amiga Eli el Domingo de Resurrección. En Torrelavega se subió a un autobús que le llevó a Bilbao, mientras que nosotros consumimos nuestra tercera y última noche en Santillana del Mar.

A la mañana siguiente, carretera y manta para regresar a La Meseta Central. Pero antes Ángela, la amable y jovial responsable de la vivienda rural donde nos alojamos, nos enseñó dónde estaba posada una cucaburra en el jardín. El ave se había escapado tres días antes del zoo, que está situado a unos 500 metros en línea recta, por lo que creo que su gorjeo era el agradable ruido que nos despertaba todas las mañanas mientras mirábamos desde el balcón de madera de nuestra habitación hacia la frondosa carretera que te conduce a las cuevas de Altamira. Por esto y mucho más, Raquel, me encanta volver a Santillana del Mar. Te espero este verano con Martin, el que todo lo puede.

Panorámica de Bárcena Mayor






















Comentarios

  1. Bonitos recuerdos,menudas comilonas me metía en el restaurante que está situado a la derecha de la Colegiata

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