La cabrera que dejó atrás la trashumancia
El río Tajo a su paso por Monfragüe |
'El salto del gitano', el mirador más conocido y fotografiado de esta reserva de la biosfera, es un lugar donde el tiempo no pasa; permanece inmóvil. Lo sabe muy bien Sergio, el propietario de la posada-restaurante El arriero. Hasta ese paraje espectacular se llega desde el cercano municipio de Torrejón el Rubio, una de las puertas del parque, cada vez que quiere evadirse de su trabajo. Este pueblo de Cáceres está apenas a un tiro de piedra, a un puñado de kilómetros. Y el recorrido por la carretera que rasga este parque de alcornoques, encinas y quejigos ya te da una idea de lo que te vas a encontrar cuando llegues al mirador: paz.
Te recibirá en uno de los centros de interpretación de Villarreal de San Carlos |
En nuestro último viaje, tuvimos la enorme suerte de poder disfrutar del silencio durante más de media hora, una mañana soleada de finales de junio, antes de que llegaran los primeros visitantes de este bello paraje atravesado por el río Tajo. El sosiego que transmite contemplar una pareja de buitres leonados sostenida en el aire es comparable con otra de cigüeñas negras surcando los vientos camino de su nido en esta parada obligada para los visitantes. Te quedarás embobado mirando la Peña Falcón, una de las formaciones más antiguas del planeta. No es una frase hecha, te lo aseguro.
Es el mayor atractivo de la zona, aunque existe otro que a mí me tiene también enamorado. Las jornadas que Carlos organiza en el observatorio de Torrejón el Rubio para ver las estrellas. Siempre hay que escuchar al que sabe, y este tipo domina la materia. No aburre cuando, bajo un manto de astros, te explica al detalle lo que ves por los enormes telescopios que monta al aire libre, mientras el gato Perseo espera pacientemente que le eche comida. En mi última visita, lo ayudé a meter esos grandes artefactos antes de tomarnos unas cervezas, rayando la medianoche, en el bar del parque. Por cosas que sólo pueden pasar en municipios de la España rural, luego supe que el camarero era el nuevo alcalde, elegido en los comicios del 28J.
Torrejón el Rubio |
'¿Dónde estás?', me escribió mi mujer, Marcela, por WhatsApp ya cerca de la una de la madrugada. Y es que en pueblos como Torrejón el Rubio, con unos centenares de vecinos, las agujas del reloj se detienen, no existen las distancias y puedes ir a pie a todos los lados.
Desayunar a los pies de una carretera sin apenas coche te permite también conocer a Pedro, un suizo que lleva más de una década viviendo en una localidad que pertenece al partido judicial de Plasencia, visitada por cazadores, ciclistas, moteros o amantes de los pájaros. Allí, en la terraza de la Posada El Arriero, te puedes encontrar a Pedro a primera hora de la mañana tomando un par de tostadas con aceite y una infusión. Y también puede cruzarte de nuevo con Carlos antes de ir con él al observatorio para ver el sol con uno de sus telescopios, al que le ha acoplado un invento para evitar daños en los ojos.
Torrejón el Rubio. Orgullo extremeño |
El desayuno, la comida o la cena en El Arriero te la puede servir Almudena, una mujer rubia, dicharachera, que un buen día decidió dejar su durísimo trabajo de pastora trashumante con cabras después de dos décadas dando el callo. El cambio de vida lo dio en Monroy, a media hora en coche de Torrejón el Rubio, donde trabaja como camarera. Porque a este pequeño municipio llegan muchos turistas que, además de aves, tienen a su disposición un interesante centro de interpretación de arte rupestre, puesto que a la altura del Salto del gitano, en el castillo, te espera alguna sorpresa de nuestros antepasados.
Mientras estés tomando un refresco o una cerveza en las terrazas de los bares que hay a lo largo de la carretera a su paso por Torrejón el Rubio, deberás estar muy atento a eso de las siete de la tarde. De repente, como una centella, te llamará la atención un hombre a los mandos de un monopatín eléctrico adornado con numerosos banderines. Es Manuel Pérez Rubio, más conocido como 'Manolo Perinola', que seguro que tocará el timbre de su artefacto si estás con algún vecino. Mira que intenté fotografiarlo durante los tres días que estuvimos allí, pero fue imposible: mi tocayo es más rápido que 'Silver', el caballo del 'Llanero solitario'.
Carlos, en el observatorio de Monfragüe buscando un planeta a primera hora de la mañana |
Sí aprovechamos para comer dos días en la Hospedería Parque de Monfragüe, a seis kilómetros de Torrejón el Rubio. En este bello establecimiento de la Junta de Comunidades de Extremadura, uno de los varios repartidos por esta comunidad autónoma, no te puedes perder su menú del día. Sencillamente, maravilloso. Por 17 euros, si no recuerdo mal, comes como un marqués.
No almorzamos, pero sí tomamos un par de cervezas en el chiringuito de Villarreal de San Carlos, la otra puerta de entrada al Parque Nacional de Monfragüe. Villarreal es una pedanía con una sola calle muy bien aprovechada. Además de una ermita a la entrada, tienes dos centros de interpretación muy interesantes. Y no te olvides de estar atento para ir a la Feria Internacional de Turismo Ornitológico (FIO), que este año se celebró el último fin de semana de febrero.
Lateral de una vivienda en Torrejón el Rubio |
Hubo que regresar a casa porque al día siguiente tuvimos programa en la televisión pública de Castilla-La Mancha. Fue una parada técnica para entrevistar a Jorge, un policía local en Añover de Tajo, sobre una providencial intervención que salvó la vida a una mujer a manos de un tipo con un cuchillo.
Dos días después, emprendimos viaje en tren desde Toledo hasta Calella, en Cataluña, pero esto ya es otra historia...
Fotos para el recuerdo
Pilas para lavar. Torrejón el Rubio |
El gato que más sabe de estrellas. Observatorio de Torrejón el Rubio |
Torrejón el Rubio |
Desayuno en la Posada El Arriero |
Marcela, mirando el sol |
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