Cosas de mafiosos

El lugar donde
el mafioso amenazaba
Después de su aventura por Galicia para terminar su primer Camino a Santiago con Mónica, Paquito regresó a casa como se fue: dentro de una caja de cartón. Una alegría porque llegó pocos días antes de las Navidades. Pero el oso viajero apenas tuvo tiempo para descansar, porque se metió entre pecho y espalda 500 kilómetros para dar suerte a un amigo, José Manuel Bretones, quien el 8 de enero disputará la presidencia de la Asociación de la Prensa de Almería.

De Bretones ya habrás leído mucho en este cuaderno. Es un tipo socarrón que se ha curtido en mil batallas dentro del periodismo. Fue el director de periódico más joven de España y le tengo muchísimo afecto por su trayectoria profesional a prueba de bombas. Y no lo digo a modo de frase hecha.

El portal donde el mafioso murió tiroteado
Yo creía que lo había escuchado casi todo de su boca, pero en este último viaje a Almería nos sorprendió tanto a mi mujer como a mí. Claro, no te voy a destripar ahora el programa que vamos a dedicar a José Manuel en 'La crónica negra' de Radio Castilla-La Mancha el 29 de febrero (2024 es año bisiesto). No obstante, te daré algún apunte como caramelo.

Bretones charla con dos
colegas en el mercado municipal
Cenamos con él en la coqueta terraza de la taberna Entrefinos, un local en el concurrido casco viejo que dirige Paco Morales, un coleccionista de etiquetas de vinos -me dijo que tiene miles- y de chapas de botellas de cava. "Cada una es distinta", aseguró mientras yo observaba algunas enmarcadas y colgadas en la pared.

Entre sorbos de cerveza Turia y tapas, Bretones nos reveló la época que tuvo que sobrevivir, él y muchos compañeros de profesión, con las amenazas de un mafioso que llegó a ser entrevistado en prisión por mi admirado Jesús Quintero, 'el Loco de la Colina'. Casi me atraganté, mientras degustábamos la sabrosa tapa de solomillo al estilo mozárabe, cuando relató cómo un artefacto explosivo hizo volar su coche. ¿Por qué le sucedió aquello? Por hacer su trabajo como periodista. Él sabe quién lo ordenó y también sabe que fue una advertencia.

Poco después, el mafioso murió tiroteado por un sicario en el portal de su casa, en pleno centro de la ciudad y a sólo 250 metros del Costasol, un hotel de tres estrellas donde nos alojamos en esta ocasión por 50 euros la noche, pero sin desayuno.

A la mañana siguiente, mi mujer y yo fuimos a comprar dos décimos de la Lotería del Niño que nos había encargado Óscar, un conocido, y aproveché que pasábamos al lado del edificio para fotografiar el lugar del crimen.

La tapa estrella en el 'Entrefinos'
Desayunamos con Bretones en la siempre concurrida cafetería Colón, junto a su casa y a 100 metros de nuestro hotel. Y le pedí que me escenificara más tarde cómo el mafioso amenazaba a los periodistas apoyado en la balaustrada de su negocio, curiosamente entre el Costasol y la cafetería, donde se sirven unos churros de muerte. Entonces me di cuenta de lo difícil que fue desempeñar en aquella época nuestra maravillosa profesión, a la que vapulean sin saber lo que a veces tenemos que sufrir.

El convento de las Puras
Y hasta aquí te cuento. Si quieres saber más, te emplazo al 29 de febrero, a las 21:30. Agenda el día y me escribes para que te pase el enlace de Radio Castilla-La Mancha. Esta historia de mafiosos promete. 

La revelación de José Manuel se había producido curiosamente el mismo día que por la mañana conocimos la relación del pueblo de mi mujer, Torrijos, con el convento de la Purísima Concepción en Almería, conocido como el de las Puras. Lo supimos gracias a la ruta guiada que Bretones organizó con Antonio Andrés Díaz Antón, un arqueólogo locuaz y culto que estuvo acompañado de su amigo Antonio León.

Luego se incorporó Mercedes González, una amiga de José Manuel que estaba en la ciudad para visitar a su madre. Su cara me resultaba familiar, ya que ella participó en el programa Cuarto Milenio de Íker Jiménez cuando el gran Bretones presentó 'Azorín', su libro de investigación sobre el desplome de un edificio en construcción en Almería en 1970 y que causó quince muertos.

Belén de la Diputación de Almería
Antonio, el arqueólogo, se sorprendió al enterarse de que Marcela tenía una relación de paisanaje con el convento de las Puras, ya que varias monjas viajaron desde Torrijos para fundarlo. Fueron auspiciadas por dos personajes de su pueblo, Teresa Enríquez y su marido, Gutierre de Cárdenas, que cuentan con un sepulcro en la Colegiata torrijeña. Es el templo, precioso por dentro y por fuera, donde mi mujer y yo nos casamos el 4 de octubre de 1997, el mismo día que contrajeron matrimonio la infanta Cristina y el ex jugador de balonmano Iñaki Urdangarín. Ellos por la mañana; nosotros por la tarde, aunque conste que nosotros anunciamos la fecha mucho antes.

Una placa con una z de más: Gutiérre
Teresa Enríquez, apodada 'la Loca del Sacramento' por su religiosidad, fue una dama de la nobleza castellana que se volcó en obras de caridad. Y su esposo llegó a ser contador de los Reyes Católicos, ya que intervenía en la administración de los caudales públicos, y alcalde de Toledo.

"¡Qué coincidencia!", escribió después de la ruta Antonio a Bretones, a quien mandó también una fotografía de una placa instalada en una calle de Almería con un groso error. En ella se puede leer "Gutierrez" y no Gutiérre (lo verás en una fotografía adjunta). 

El tranco en la calle de Gerona
Cuando te digo que el maestro es como una enciclopedia Espasa, no lo hago gratuitamente. Te pongo otro ejemplo. Tras salir del convento y despedirnos de los dos Antonio, caminábamos por la calle y pasamos junto a un escalón (tranco) de mármol que sobresalía y ocupaba parte de la acerca. ¿Qué crees que sucedió? Pues que Bretones se paró y empezó a largar: "El tranco de mármol blanco de Macael se instaló a principios del XX en esta vivienda de la calle de Gerona. Hubo una polémica inmensa en la prensa de la época porque grupos sociales exigían su demolición al ocupar espacio público. Pero no hicieron caso. Llegó la guerra civil, la paz, la democracia y el tranco siguió ahí. Como lo estáis viendo".

Por tanto, la pieza de mármol ya es historia de una ciudad donde la gente vive la calle. Y va camino de serlo también el bar de Nina, 'La bellota', donde comimos el segundo día. Aquí hay buenos alimentos, calidad y humanidad. Su dueña es un encanto y el establecimiento, a 150 metros del precioso mercado municipal, creo que ya es un referente. El día que estuvimos, hasta arriba de público, como muchos negocios de hostelería. Bretones había comido con otros amigos el día antes, nos acompañó también a nosotros y, días después, volvió para degustar una paella con cigalas que a un fiscal muy amigo le quitarían el sentido.

Una tapita en el 'Mario's', en el
puerto de Almerimar
Fueron tres noches en Almería moviéndonos a pie en un kilómetro a la redonda. Y, oye, no tuvimos tiempo para el aburrimiento. Coincidimos también en la cafetería Colón con la hermana de Bretones, Carmen, con quien disfrutamos de unos chérigan, la famosa tapa de Almería. Con la estupenda novela 'La memoria compartida', Carmen fue finalista del Premio Fernando Lara en 2022, que se llevó un tal Máxim Huerta, periodista y ministro de Cultura durante siete días en 2018.

Con ella y Bretones pasamos a 'bichear' en una librería con gusto, El Faro de Recóndito, donde esta profesora de inglés en un IES de Sevilla había presentado su gran libro histórico. Este establecimiento, alicatado con madera e inspirado en Cabo de Gata, es propiedad de Vicente Gómez, quien invirtió en el local para cumplir el sueño de tener un negocio así. Y al hombre lo vi tan feliz.

También visitamos el espectacular belén de la Diputación Provincial, la impresionante catedral o la retrospectiva exposición de Matías Masats, 'Visit Spain', en el Centro Andaluz de la Fotografía, donde vi imágenes de otra época tomadas en la ciudad de Toledo: en uno de los dos seminarios de sacerdotes y en la plaza de Zocodover, a la altura del Arco de la Sangre, donde precisamente me subo al autobús urbano de las líneas 61 o 62 cada vez que voy a la televisión.

No muy lejos de aquéllas, observé otra fotografía de un gimnasio de boxeo realizada en 1962, por lo que envié inmediatamente un mensaje por WhatsApp a Antonio Collado, campeón de España de Boxeo, que vivió en una habitación de su gimnasio hasta conseguir su meta. "¡Qué fotón!", respondió a la media hora un chaval que es todo bondad.

La fotografía que envié al boxeador
Antonio Collado
La última noche, tuve programa en directo con Patxi Madinabeitia en Radio Castilla-La Mancha. Casualmente, un par de horas antes había visto por segunda vez una pintada en una tapia en la que se leía 'Flako', curiosamente el alias de nuestro invitado, exatracador y exbutronero. ¿Sería una señal, Íker Jiménez?

La fotografié, para enviársela al invitado, cerca de la sede de la Asociación de la Prensa de Almería, donde me alegró encontrarme por la mañana con una placa realizada en 1996 con azulejos de Talavera de la Reina y dedicada por alfareros de España. Si es que me tira mucho la tierra...

Pero antes del programa de radio teníamos que cenar. Bretones nos llevó de la mano hasta un quiosco que ya habíamos visto en otros viajes porque dejamos nuestro coche aparcado al lado. Se trataba del K18J y, por supuesto, José Manuel nos instruyó con la historia de un local abierto en 1961.

Me llamó la atención que ya había gente sentada en su amplia terraza antes de que abriera un local especializado en pinchos morunos. Pero en su carta hay una tapa con un nombre sugerente que se pide mucho: el ovni, que debe su nombre a la forma que se consigue con un huevo frito encima de la carne.

Tan curioso me resultó que escribí por WhatsApp a mi compañera en ABC Patricia Biosca, que se encarga, entre otras informaciones, de elaborar magistralmente artículos relacionados con cosas extraplanetarias. Y le mandé igualmente una fotografía a Beatriz Sánchez-Cano, una joven científica de Mora a la que entrevisté hace tres años porque lleva más de una década investigando Marte.

Librería El Faro de Recóndito

Dejamos Almería antes de Nochevieja haciendo una breve parada en Matagorda, una localidad con edificios que me recordaron mi viaje a Marrakech. Allí quedamos en la casa del padre y del hijo que conocimos en el viaje anterior en Almerimar, una urbanización con un precioso puerto en la zona de El Ejido. Los Antonio, que así se llaman, nos obsequiaron con una caja de tomates y otra de pepinos y berejenas, todo recién cogido de sus invernaderos. "Ya veis dónde vivimos. La próxima vez que vengáis a Almería, ya sabéis: a nuestra casa", nos invitó el padre. Y nosotros, que somos muy bien mandados, así haremos. Con Paquito por delante, claro. Aunque en este viaje estuvo perezoso y no se dejó fotografiar mucho.


Fotos para enmarcar

Toques de campana
en el convento de las Puras

El regalo de los Antonio. Tomates, pepinos y
berenjenas recién cortadas


Los famosos 'chérigan'

Placa de cerámica de Talavera de la Reina
en la sede de la Asociación de la Prensa de Almería


Fotografía de Matías Masats 

Iglesia del convento de las Puras


Belén de la Diputación de Almería


El ovni del quiosco K18J






Comentarios

  1. Qué chollo de anfitrión ha sido Bretones, así da gusto ese viaje tan polifacético. El programa de radio promete ¡Como para perdérselo!!

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