Los besos de Zayd
Hacía algún tiempo que no pisaba el Hospital Nacional de Parapléjicos. Una invitación por la visita de los reyes de España, con motivo del medio siglo del centro, me ha permitido volver a recorrerlo, a rememorar entrevistas, anécdotas, confesiones, emociones y hasta la estancia de un familiar.
Nada más entrar por la puerta principal, me llamó la atención el blanco inmaculado de las paredes hasta llegar al vestíbulo de una exposición, como si lo hubieran pintado recientemente. En el trayecto, vi a un niño lanzando besos a todo el que pasaba; me acerqué a él y me cogió de la mano como si me conociera de toda la vida. Se llama Zayd y está a punto de cumplir cinco años. Un accidente de tráfico lo dejó en silla de ruedas y pasó ocho meses en el hospital. Ahora está de revisión de su lesión medular. Me lo contaba su madre Souad. "Sí, ha saludado y ha lanzado besos a los reyes", relataba orgullosa esta joven marroquí mientras Sayd no paraba de disparar besos sonoros a todo aquel que los quisiera.
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Zayd y Daniyal |
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Los reyes, nada más entrar en el hospital |
Un camarero llamado Rubén hacía las delicias en la cafetería, sobre todo lo recuerdo en la del jardín. Con la Filomena, aquel temporal de nieve que dejó colapsado Toledo, este tipo de voz grave se fue andando sobre la nieve desde su casa, a un puñado de kilómetros, para dar el servicio en el hospital, por entonces ya ampliado y reformado.
Como Rubén, que ya no está, ha habido, hay y habrá cientos de ejemplos en este magnífico centro. Albañiles, electricistas, mecánicos, calefactores, fontaneros o jardineros. También telefonistas, cocineros y pinches, limpiadoras y un ejército de administrativos, además del personal de lencería. Hasta una peluquera, oiga.
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Flori, una enfermera de UVI, con el rey |
La odisea de otro picoleto llamado Alejandro fue de aúpa para ingresar en este hospital tras un accidente de tráfico y después de ser atendido, durante siete semanas, en tres hospitales de Badajoz y Madrid. Tampoco se le olvida a uno la actuación de Ramiro, el guardia de seguridad que encontró la silla de ruedas de una paciente en el embarcadero del río, donde la mujer se había sumergido, y los bomberos hicieron el resto para salvarle la vida una noche de noviembre.
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Pacientes y trabajadores, como el fisioterapeuta José Luis |
Que le digan a la esgrimista paralímpica Gema Hassen-Bey qué es para ella este hospital, donde pacientes y familiares han derramado muchas lágrimas. Ya lo dijo Gema con motivo del 40 aniversario del centro: "Es una joya que tenemos y tiene que seguir siéndolo muchos años más para que genera muchas vidas".
Aquí, donde trabaja un querido matrimonio vecino mío, germinó también el rugby en silla de ruedas y el cantante David Bisbal tuvo hace un año un gesto muy humano hacia José Luis, un fisioterapeuta completamente sordo. Este maño le indicó que solamente podía leer los labios y el intérprete almeriense se bajó inmediatamente la mascarilla, que era obligatoria, y charló con él. Pero lo que le seguirá fastidiando a José Luis es que sigue sin poder oír sus canciones. Sin embargo, este miércoles ha tenido la fortuna de saludar al rey. "Debe de ser divertido irse de tapas con él", bromeaba después.
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Los reyes, durante la visita |
Echas la vista atrás y te asalta también la exclamación de Luis Miguel Montero desde su silla de ruedas, «¡Esto es una maravilla!», el día que probó un 'guante' acelerador inalámbrico hace once años. El artilugio daba más independencia al volante a los conductores con paraplejia pulsando simplemente una pequeña palanca a modo de gatillo.
Seguro que cuando se publiquen estas líneas, sus dos periodistas y su fotógrafo ya habrán hecho su trabajo. El caso es que a este centro no le falta de nada y probablemente los reyes de España no lo han visto todo. Para la próxima. A lo mejor Zayd les está esperando en la puerta para recibirlos a besos y Daniyal para hacerles un recorrido personalizado por un histórico hospital que regala vida.
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